El
nombre de marca supone uno de sus atributos más inamovibles, de manera que la
elección del término adecuado es una labor fundamental que culminará, a modo de
síntesis, todo el trabajo previo de creación de identidad.
El
proceso creativo deberá verse estratégicamente respaldado mediante estudios y
evaluaciones acerca de la validez de las posibilidades consideradas y su
adecuación a los distintos públicos, ámbitos e idiosincrasia de los mercados
para evitar incurrir en tabúes.
Cuando
utilicé mi nombre de Buda incurrí en un enorme tabú: el futuro. Mi nombre es el
del Buda Futuro.
Al
utilizar mi Nombre Verdadero los budistas me rechazaron de inmediato, y los
cristianos me veían como el Anticristo.
Hay
poca gente que se sienta identificada con la marca que yo represento, que
compartan actitudes similares a la mía.
En
el nivel del corazón se encuentran los cinco pacíficos Dhyani Budas.
En
el ardiente nivel elemental del corazón,
las energías entran en la región de cinco de las principales imágenes icónicas
, cinco Pacíficos Dhyani Budas, cuatro en las direcciones de los puntos
cardinales, que se extienden horizontalmente alrededor del centro. Se reconocen como los Sambhogakayas (cuerpos
visionarios) de cinco de los budas verdaderos (Nirmanakayas) que, según la
tradición, vivieron sucesivamente durante eones de tiempo antes y después de
nuestro propio histórico Buda Gautama.
Brand
Tribe
La literatura es el Anticristo, decía
uno de mis personajes.
Para la ortodoxia hay una diferencia entre la historia y la
crónica, la crónica camina de la mano de la literatura, pues la crónica es una
obra literaria consistente en la recopilación de hechos históricos. La
crónica lleva cierto distanciamiento temporal en lo que se refiere a los escritos
históricos. En la
crónica se utiliza un lenguaje sencillo, directo, muy personal y admite un
lenguaje literario con uso reiterativo de adjetivos para hacer énfasis en las
descripciones, emplea verbos de acción y presenta referencias de espacio y
tiempo.
·
Tenemos
que comprender que lo que comúnmente entendemos por tiempo es la “más grande
discordancia” entre idea y realidad.
Encarnar
a Maitreya, comienza por un concepto de la dimensión transhistórica de la
narración, el tiempo llega a ser histórico en su sentido elemental. Hay quien
para clarificar el término le llamó a esto intrahistoria. Con ello nos
enfrentamos al problema del sentido concreto de la existencia y del valor en su
carácter absoluto, es decir, una comprensión
profunda y reflexiva de sí mismo y de la realidad que lo rodea. Donde florece
la relación entre el ser y el tiempo.
Es allí donde se halla el rastro que ha de conducirnos a
nosotros mismos.
Fue una persona cercana a mí, la que me ha ofrecido un
motivo suficiente y adecuado, por el que yo deba compartir mis escritos: La
evolución de este colectivo que es el ser humano, ¡qué poco creemos en él!
Es cierto que la mayoría de las relaciones que mantenemos
día a día con quienes nos rodean, no nos ayudan a valorar en nosotros ese
destino colectivo.
Cabría preguntarse ¿por qué?, somos en el fondo de nuestra
conciencia pero no podemos ser para los demás.
·
He
necesitado dejar enfriar mis informaciones cerca de 30 años.
¡Qué
compleja es la raza humana!
El
budismo enseña que todo lo que vemos es una ilusión, pero la mayor parte de la
gente ve en ello una buena excusa para caer en el relativismo, y no
indagan hacia dónde deben mirar.
El
budismo tiene términos para cierto número de realizaciones importantes que
necesitamos experimentar. Solo podemos entender el significado de los términos
si tratamos de llegar a estas realizaciones nosotros mismos.
Anatmata,
significa no-ser, es la experiencia de la ausencia de la propia identidad
limitante en personas y cosas.
Anatmata
cancela la idea convencional de que el mundo está formado por identidades
independientes. Necesitamos ir más allá
del mundo egocéntrico que interpreta falsamente la realidad que experimentamos
como una colección de trozos separados de <<cosa>> que tropiezan
con nosotros.
En el budismo ningún conocimiento no es sino provisional, pues una vez que hayamos soltado los lazos con las cosas, empezamos a no ser capaces de hablar acerca de qué es lo que estamos experimentando.
Es frecuente en el budismo que ciertas informaciones, se oculten durante años esperando el momento propicio para ser expuestas al mundo. Esto es bastante opuesto al movimiento de Internet, cuando la rapidez es tan importante, ello hace que la información vuele sin ningún control, lo que hace que pocos sean los que se preocupen en verificar las informaciones. Hemos llegado a que incluso la veracidad de la información carezca de sentido en la mayor parte de las ocasiones, pues estas llegan a afectar de igual manera al individuo, que se encuentra completamente desprotegido frente al poder totalizador de la información.