Es ahí precisamente cuando contacto con K., ciertos textos que yo había escrito, que mi inspiración había escrito, despertaron el interés y la curiosidad de K.
El mensaje comienza a ser tomado en consideración, “cobra verdad” desde el exterior.
La vida puede ser despertada, es de lo que se da cuenta K., él iba en pos de una verdad absoluta: ¿Existe o no existe vida en el Planeta Tierra?, y se encuentra con una tarea, la de despertar la vida planetaria.
¿Cómo? me diréis, ¡nosotros estamos vivos!
Lo cierto es que esto no es así al 100 por 100 ni siquiera al 1%.
La forma que tenemos de vivir no es considerada vida para el Sistema de Concreción Común de la Galaxia. Para ellos no representamos una forma inteligente de vida. No formamos parte del Proyecto de Comunicación Interespecie. No somos más que máquinas biológicas programadas.
La finalidad puede ser diversa.